Sunday, July 7, 2013

Aneurismas cerebrales

Aneurismas cerebrales


Generalidades sobre aneurismas  

Un aneurisma es una dilatación anormal circunscripta de la pared de un vaso. Estos pueden ocurrir tanto en arterias como en venas.
Se pueden clasificar en aneurismas verdaderos o falsos. Los verdaderos son aquellos que involucran las tres capas de la pared de un vaso sano (intima, media y adventicia). Este grupo incluye a los aneurismas ateroescleróticos, sifilíticos y congénitos, así como también a los aneurismas de las paredes ventriculares del corazón.
Los falsos o seudo-aneurismas es un defecto en la pared de un vaso que permite la acumulación de sangre en un compartimento extravascular con comunicación hacia el espacio intravascular, que en general terminan sufriendo coagulación. 




Incidencia

Las tasas de incidencia de aneurismas craneales se estiman entre el 0,4% y el 3,6%. Los que no tienen factores de riesgo han esperado prevalencia del 2-3%. En los adultos, las mujeres son más propensas a tener aneurismas, son más frecuentes en personas de 35 a 60, pero también puede ocurrir en niños. Los aneurismas son raros en los niños con una prevalencia de 0,5% a 4,6%. La incidencia más comunes son entre 50 años y generalmente no hay señales de advertencia. La mayoría de los aneurismas se desarrollan después de los 40 años

Fisiopatología

La aparición y la expansión de un aneurisma en un segmento determinado del árbol arterial implican factores hemodinámicos locales y factores intrínsecos al segmento arterial en sí. Los procesos más importantes que predisponen a la formación de un aneurisma son la ateroesclerosis y la hipertensión.
El aumento de la dilatación aneurismática conduce a aumentar la tensión de la pared arterial o estrés de la misma. En términos hemodinámicos, el acoplamiento de la dilatación aneurismática y el incremento en la tensión de la pared se aproxima por la ley de Laplace. La ley de Laplace aplicado a un cilindro, explica que la tensión (arterial) de la pared es igual a la presión por el radio del conducto arterial dividida por el espesor de pared (T = [P x R] / t). A medida que aumenta el diámetro, aumenta la tensión de la pared, lo que contribuye a mayor aumento de diámetro y riesgo de ruptura. El espesor de la pared se reduce en aneurismas y añade, además, un aumento en la tensión de la pared.
La pared de los vasos sanguíneos satisface sus necesidades metabólicas a través de la sangre dentro de su lumen en los seres humanos durante el desarrollo de un aneurisma, la parte más isquémica del aneurisma se encuentra en el extremo más lejano, dando como resultado el debilitamiento de la pared del vaso y ayudando a una mayor expansión del aneurisma. Así, con el tiempo todos los aneurismas, si se deja a completar su evolución, sufrirán de una ruptura en caso de que no haya intervención.
En algunas circunstancias los aneurismas puede ser causa de una infección micotica que involucra la pared arterial. Un aneurisma micótico puede dar lugar a sepsis o hemorragia potencialmente mortal si el aneurisma se rompe.

Muchas veces las causas de los aneurismas son defectos hereditarios de la morfología o funcionamiento del tejido conjuntivo en la pared vascular. Algunos ejemplos son:

-Calidad intrínseca deficiente del tejido conjuntivo en la pared vascular
-Desequilibrio entre la síntesis y la degradación del colágeno por los infiltrados inflamatorios locales y las enzimas proteolíticas destructivas que generan.
-Debilitamiento de la pared vascular por la desaparición de células musculares lisas o la síntesis insuficiente de los componentes no colágenos ni elásticos de la matriz extracelular.

Aneurismas cerebrales o intracraneales

Es una enfermedad cerebro-vascular en la cual una "debilidad" en la pared de una arteria ocasiona una dilatación o "abalonamiento" de un segmento localizado en la pared del vaso sanguíneo.

Etiología

La mayoría de los aneurismas intracraneales son verdaderos aneurismas que contienen todas las capas o componentes de la pared vascular normal.
Algunos factores externos como el tabaquismo, el consumo intenso de alcohol, y el uso de anticoagulantes y anticonceptivos parecen estar relacionados con la formación de este tipo de aneurismas.
La causa más frecuente para el desarrollo de un aneurisma son lesiones vasculares inducidas hemodinámicamente, ateroesclerosis, vasculopatia subyacente y estados de alto flujo. Causas menos comunes son trauma, infección, abuso de drogas y neoplasias.
Los aneurismas intracraneales no caen precisamente en la categoría de verdaderas malformaciones vasculares; usualmente son adquiridos. La mayoría de los aneurismas cerebrales resultan de una anormalidad (debilidad) innata en la pared de la arteria. Los aneurismas cerebrales son también más frecuentes en personas con ciertas anomalías genéticas, como las enfermedades del colágeno o enfermedad de riñones poliquisticos y en ciertos trastornos circulatorios como las malformaciones arterio-venosas.

Localización

La localización más frecuente de los aneurismas cerebrales es en las arterias de la base del cerebro, conocido como "polígono de Willis". El 85 % de los aneurismas cerebrales se desarrollan en la porción anterior del polígono de Willis y afectan la arteria carótida interna y sus ramas intracraneales. La localización más frecuente incluye el complejo de la arteria comunicante anterior (39-35 %), el origen de la arteria comunicante posterior a partir de la arteria carótida interna (39-35 %), la bifurcación de la arteria cerebral media (20 %), la bifurcación de la arteria basilar y el resto de las arterias de la circulación posterior (5 %). Pueden ser solitarios (70 % a 75 %) o lesiones vasculares múltiples (25 % a 30 %), usualmente localizados en el polígono de Willis



Clasificación según la morfología

Saculares o sacciformes: son abultamientos esféricos de la pared de un vaso que suelen contener trombos. En general se originan en bifurcaciones arteriales y constituyen del 66% al 98% de los aneurismas intracraneales, también comunes en las personas que han padecido sífilis. La mayoría de este tipo de aneurismas no son congénitos sino que se adquieren durante la vida. Casi nunca ocurren en neonatos o niños.
La hipertensión arterial, tabaquismo y el alcoholismo contribuyen al engrosamiento de la capa íntima en la pared arterial, en los sitios de ramificación proximal y distal. Esta es la etapa más temprana de la formación de los aneurismas. La teoría patogénica más probable es que los aneurismas son adquiridos debido a cargas de tensión hemodinámica sobre las bifurcaciones arteriales que no tienen soporte.

Fusiformes: son segmentos arteriales dilatados por un tramo vascular largo. Es una afección circunferencial. Puede estar parcialmente trombosado o tapado. Afecta en mayor proporción a la circulación posterior cerebral.

Disecantes: Los aneurismas disecantes son aneurismas falsos consistentes en una luz falsa en el interior de la pared arterial lesionada. Cuando la disección se presenta en los segmentos intracraneales con mayor frecuencia se manifiesta como hemorragia subaracnoidea (HSA). Ocurren con mayor frecuencia en el sistema vertebro-basilar y son más frecuentes en hombres que en mujeres.


Síntomas

La mayoría de los aneurismas no ocasionan síntomas hasta que no se rompen. Los aneurismas pequeños cuando mantienen su tamaño no ocasionan ninguna signo sintomatología característica aunque pueden estar asociados a: cefalea, cambios de conducta, ptosis palpebral, perdida de equilibrio y coordinación, trastornos en la memoria y visión doble.
Los aneurismas grandes y gigantes pueden ocasionar compresión del tejido nervioso adyacente o romperse y generar algunas manifestaciones como: alteración súbita del estado de conciencia, coma, confusión, cefalea súbita intensa, somnolencia, fotofobia, hemiplejia, nauseas, vómitos y visión doble y borrosa.
Los síntomas siempre son característicos dependiendo de la región cerebral afectada por la ruptura del aneurisma.

Diagnostico

La mayoría de los aneurismas cerebrales pasa desapercibido hasta que se rompe o se detecta por imágenes cerebrales que pueden haberse obtenido por otra afección.  Se dispone de diversos métodos diagnósticos para proporcionar información sobre el aneurisma y la mejor forma de tratamiento.  Las pruebas generalmente se obtienen luego de una hemorragia subaracnoidea para confirmar el diagnóstico de un aneurisma.
La angiografía por medio de cateterismo es el estándar para revelar y delinear las características de un aneurisma intracraneal. La angiografía rotacional en 3D permite obtener imágenes en 360° y pueden ser rotadas en el espacio tridimensional. Diagnostica en los pacientes con HSA no traumática la presencia de aneurismas, define la relación del aneurisma con el vaso que le da origen y las ramas penetrantes adyacentes y evalúa la presencia de vasoespasmo.
La tomografía computarizada (TC) de la cabeza es una herramienta de diagnóstico rápida, indolora y no invasiva que puede revelar la presencia de un aneurisma cerebral y determinar, para aquellos aneurismas que han estallado, si ha pasado líquido al cerebro. Ocasionalmente se inyecta un colorante de contraste en el torrente sanguíneo antes de la prueba.  Este proceso, llamado angiografía TC, produce imágenes nítidas y más detalladas del flujo sanguíneo y las arterias cerebrales.
También se puede utilizar las imágenes por resonancia magnética (IRM) y el análisis del liquido cefalorraquídeo.

Tratamiento

Se cuenta con dos opciones para tratar a los aneurismas:

El clipado microvascular implica cortar el flujo sanguíneo al aneurisma.  Bajo anestesia, se extrae una sección del cráneo y se localiza el aneurisma.  El neurocirujano usa un  microscopio para aislar el vaso sanguíneo que alimenta al aneurisma y coloca un clip pequeño y metálico parecido a un broche en su cuello, deteniendo el suministro sanguíneo. El clip permanece en el paciente y evita el riesgo de sangrado futuro.

La embolización endovascular es una alternativa a la cirugía.  Una vez que el paciente ha sido anestesiado, el médico introduce un tubo plástico hueco (un catéter) dentro de una arteria (generalmente en la ingle) y lo avanza, usando angiografía, por el cuerpo hasta el sitio del aneurisma.  Usando un alambre guía, se pasan espirales removibles (espirales de alambre de platino) o pequeños balones de látex a través del catéter y se liberan dentro del aneurisma.  Los espirales o balones llenan el aneurisma, lo bloquean de la circulación, y hacen que la sangre se coagule, lo que destruye eficazmente el aneurisma.

Pronostico
Un aneurisma puede no ocasionar síntomas durante la vida de la persona. Un aneurisma roto, sin embargo, puede ocasionar una hemorragia cerebral, déficit neurológico, vasoespasmo (la principal causa de discapacidad y muerte después de la ruptura de un aneurisma), puede ocasionar hidrocefalia, coma o incluso terminar con la vida de una persona.
El pronóstico para el paciente con un aneurisma cerebral roto depende de la extensión y localización del aneurisma, la edad de la persona, el estado general de salud, el estado neurológico y el tiempo entre la ruptura del aneurisma y la atención médica. Se estima que el 40 % de las personas que se les rompe un aneurisma, no sobreviven las primeras 24 horas; y hasta un 25 % adicional mueren en los primeros seis meses debido a complicaciones, si no es operado.